LA FAMILIA DE JESÚS

EVANGELIO

Mateo 12, 46-50: estos son mi madre y mis hermanos

Jesús estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte».

Jesús le respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.»

Palabra del Señor.


REFLAXIÓN: 

En el antiguo Israel, la comunidad era la base de la convivencia social. Era la protección de las familias y de las personas, la garantía de la posesión de la tierra, el cauce principal de la tradición. En fin, era la defensa de la identidad. Pero sobre todo, la comunidad era la manera concreta que la gente de la época tenía de encarnar el amor de Dios en el amor al prójimo. 

Sin embargo, en el tiempo de Jesús, a causa del sistema implantado durante los largos gobiernos de la dinastía herodiana, la gran familia, la comunidad, se estaba debilitando: había que pagar impuestos tanto al gobierno como al Templo y por ende, la deuda pública crecía, generando así, el dominio de una mentalidad individualista. En la misma línea, las amenazas de represión por parte de parte de Roma eran frecuentes, sumándole la obligación de acoger a sus soldados y de hospedarlos. Por esta razón, los problemas de supervivencia eran cada vez mayores y, en consecuencia, llevaba a las familias a encerrarse en sus propias necesidades. Además, esta cerrazón se veía reforzada por la religión de la época. Por ejemplo, quienes dedicaban su herencia al Templo, podían dejar a sus padres sin ayuda, debilitando así, el mandamiento de Dios por aferrarse a tradiciones humanas (Mc 7,8-13); o también, la observancia de las normas de pureza era factor de marginalización para mucha gente: mujeres, niños, samaritanos, extranjeros, endemoniados, publicanos, paralíticos, leprosos y toda clase de enfermos.

A raíz de todas estas situaciones, la preocupación por los problemas de la propia familia impedía que las personas se unieran en comunidad. Ahora bien, para que el Reino de Dios pudiera manifestarse en la convivencia comunitaria de la gente, las personas tenían que superar los límites estrechos de la pequeña familia y abrirse a la gran familia, es decir, a la Comunidad. Por lo tanto, Jesús procura reforzar la vida comunitaria en las aldeas de Galilea y en la lectura del Evangelio de hoy nos da el ejemplo: cuando su familia trató de apoderarse de él, alargó la familia y creó comunidad. 

Hoy el Señor nos dice: «el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre». Podríamos decir entonces que Jesús ha formado una nueva gran familia, que ya no se basa en vínculos naturales, sino en la fe en Él, en su amor. Acoger la palabra de Jesús nos hace hermanos entre nosotros y nos hace ser la familia de Él.  A pesar de todo, aquellas palabras de Jesús no son una falta de respeto hacia su madre y sus familiares. Más bien -dijo una vez el papa Francisco- para María es el mayor reconocimiento, porque precisamente ella es la perfecta discípula que ha obedecido en todo momento la voluntad de Dios. 

Si, somos hermanos, hermanas y madres de Jesús en la medida que vivimos la voluntad del Padre, que no es otra cosa que amarlo a Él con todo el corazón y amar a los hermanos, como Él nos amó (y ama). Por esa razón, los excluidos y los marginados deben ser acogidos por la comunidad para así sentirse acogidos por Dios y sentir su amor misericordioso. Tenemos que buscar siempre, hacer la voluntad del Padre, que nos llega y nos es comunicada a través de la palabra del mismo Jesús.

Jamás dejemos de buscar con humildad al Señor, para que buscándole cada vez descubramos que somos más discípulos y mejores hermanos de Él. Que nos ayude la Virgen Madre a vivir siempre en comunión con Jesús, reconociendo la obra del Espíritu Santo que actúa en Él y en la Iglesia.

Lucas M. Perez, 20 de julio del 2021



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